Cómo se llama el vino más viejo del mundo

Esta es la conocida botella de vino de Speyer. Hablamos de una genuina reliquia: según los estudios completados, podría llevar clausurada mil setecientos años, en tanto que su origen se ubica entre los años 325 y 359. La vieja botella fue descubierta en 1867 a lo largo de una excavación en la zona alemana de la Renania. .

En el planeta del vino hay varios mitos. Entre las más habituales es que se nos realice opinar que cuanto mucho más añejo sea el vino, mejor. Quizás sea por las películas donde un rico americano se adentraba en su interminable bodega y sacaba con orgullo una botella que tenía mucho más de 20 años, presumiendo de la elegancia que tenía en sus manos y dejarnos ver que su valor vivía en su fecha de caducidad. producción.

Quizás por ello o quizás por cualquier otra teoría que poseas, visto que varios de nosotros pensábamos que, antes de recibir capacitación enológica, que todos y cada uno de los vinos eran mejores que los «viejos» que eran. Y el día de hoy venimos a explicártelo y contarte cuánto tiempo tienes que preservar cada vino en tu hogar.

¿Se puede tomar vino de Speyer?

La conservación de la botella de Speyer no posee precedentes y se selló realmente bien y, por ende, ha subsistido a lo largo de mucho más de un milenio. Pero pese a los sacrificios de quienes lo sepultaron para resguardar su contenido, el resto que queda actualmente no puede considerarse verdaderamente como vino. Lo que queda es una masa sólida, obscura con un líquido lechoso.

Ludger Tekampe, jefe del departamento de vinos del museo donde guardan esta botella, afirma que el vino no es con la capacidad de subsistir al tiempo radical. No obstante, los especialistas piensan que a nivel microbiológico, el vino verdaderamente no cambió, según su apariencia desde el exterior de la copa. De ahí que, si un día Tekampe y su aparato deciden abrir la botella, el vino podría degustarse. Eso sí, suponen que sabe bastante bien.

¿Qué son los vinos del Viejo Mundo?

Los vinos del Viejo Mundo son los que se producen en la mitad sur del Mediterráneo y la mitad norte del continente europeo. Estos vinos varían en color y sabor, pero en general suelen ser afrutados y fáciles de beber.

Estos son países que tienen una larga historia y experiencia en la producción del vino, a diferencia de los vinos del nuevo mundo (Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Chile, Argentina, México y Uruguay) que comenzaron su historia hace unas pocas décadas; cuando soñadores europeos los contagiaron y les enseñaron los conocimientos de este hermoso mundo vitivinícola.

En artículos anteriores cuando hablamos de nuestros vinos europeos favoritos siempre hablamos un poco de esas familias que llevan el vino en su ADN.

Son ellas las que con sus métodos tradicionales y viñedos con más de medio siglo de antigüedad, nos regalan la mejor esencia de los vinos del viejo mundo; hablamos de familias como Chiarli (en Italia), de la bodega Cleto Chiarli; Cañas (en España), de la bodega Luis Cañas; Roquette (en Portugal), de la bodega Quinta Do Crasto y Antón (en España), una de las fundadoras de Artevino que agrupa las bodegas Izadi, Villacreces, Vetus y Orbe

Son vinos conformados en la tierra y con métodos de Europa, o sea, en países como:

  • Alemania
  • Italia
  • España
  • Portugal
  • Francia
  • Austria
  • Grecia
  • Austria
  • Grecia
  • Suiza

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