Las reservas se tienen la posibilidad de efectuar en la oficina de turismo, llamando al 941 74 11 84 o en la página web: turismo@najeraturismo.es. Las entradas se van a pagar en tal oficina, que va a ser asimismo el punto de inicio de las visitas.
De qué forma es la visita a Santa María la Real de Nájera
Panteón de Infantes de Santa María de Nájera
De todos modos, Nájera no se encontraba en el Sendero de Santiago, pero El rey García Sánchez, forzó la relevancia de este recinto en la peregrinación a Compostela. ¿Por qué razón? Bueno, según la historia de historia legendaria, todo fue por culpa de un travieso halcón.
Nájera y el Monasterio de Santa María la Real
¿POR QUÉ ENTRAR?: El Monasterio de Santa María la Real de Nájera cuenta la narración de los reyes de Nájera en sus finas paredes y tumbas cinceladas -Pamplona, reino de sobra de mil años que precedió al que entonces sería el histórico Reino de Navarra. Según la historia de historia legendaria, a inicios del siglo XI, el rey García Sánchez III (mucho más popular como el rey García el de Nájera), mientras que cazaba por la región, perdió su halcón cerca de unos barrancos de arenisca. Fue a procurarlo y de pronto entró en una gruta. Lo que halló de todos modos fue un altar con una talla de madera de la Virgen y el Niño, un ramo de lis, una lámpara y un reloj. Y supo entonces que era su deber crear un monasterio en el sitio y, por consiguiente, los cimientos históricos y espirituales de su reino.
Algo de historia
La localidad de Nájera es de origen prerromano. A través de Roma se transformó en un enclave de suma importancia en la región. Con la llegada de los árabes, fueron sorprendidos por las altas lomas que la resguardaban, llamándola Naxara (rincón entre rocas) y su río Naxarilla, término del que deriva su nombre de hoy.
En el año 924, el ejército del Califa de Córdoba Abderraman III destrozó Pamplona, lo que forzó a la corte a moverse de Navarra a Nájera, dio fuero y festejó allí las Cortes. Además de esto, el paso de los peregrinos en el Sendero de Santiago, hacen de la región un elemento clave del sendero jacobita. Desde el siglo XVII, la villa fue perdiendo predominación pausadamente en pos de otras ciudades de La Rioja.